uno norte
Estamos desvestidos. Desnudos hasta los huesos
y nadamos uno tras otro y remontamos y remontamos
el río, el río idéntico llamado Mío
y entramos juntos. Nadie está solo
Anne Sexton
en algún momento de las plantas
uno de esos que los tragamos de memoria y sin saber triunfar
los poetas
se volvieron dramáticos
y locos
se hicieron trágicos/ se pusieron amargos/ irreales
comenzaron a hablar de nichos
de panteones
aullaron la propia sangre
en el tumulto impar de los huesos cansados/ rotos y cansados
rotos los huesos para entenderse bien
y cansados
combinaron su pérfida hecatombe
con la música sideral y alternativa
que explotaba en miles de colores
a través de sus modernos auriculares marca Apple
abusaron del árbol/ de los barcos
de sus híbridas visiones
abusaron del viento/ también del ron
se durmieron a ras de jueves
en el borde más filoso de sus catres
y se desmoronaron
después se vistieron en somieres demasiado inmensos
pero maniáticamente atentos de los cajones del ropero
de los cajones cerrados del ropero
de los cajones narnianos del puto ropero
ponle tres cerraduras
para que no salgan los muertos desde adentro
que septiembre es mes de algas y aguaceros
y la belleza
es siempre una palabra
que sabe a penitencia
los poetas se volvieron insomnes
porque se tragaron el abismo
y ya no supieron más cómo poder volver
ascendieron coléricos
la impaciencia de la musa
jugaron al póker con otros jugadores
y los otros jugadores no supieron jugar
llevaban naipes marcados
pistolas
llevaban ramblas de daño llevaban un te odio soledad
y cuando perdieron se pusieron a patear las mesas
chillaron como ardillas en el medio de un campo que arde
siguieron chillando/ reventaban los vasos contra los poemas
se arrancaban el cabello y dios era la tijera y su vasto apocalipsis
golpearon con puños y adjetivos las paredes
mientras esos otros jugadores
desaparecían sin jamás cruzar las puertas
y todo se les llenó de humo
tosieron igual que los anfitriones
en esas penosas fiestas de cumpleaños
canceladas a última hora
la fiesta de ellos mismos
se hicieron pajas egipcias
brutales
masturbaciones colectivas en lo ajeno
orgasmearon vasos quebrados
a las 3 y pico de la madrugada
mientras en el invierno de los edificios
las parejas se follaban la vida
hasta gastarse el amor
la raja
y la costumbre
se apareaban
recortándose las piernas
se fundían
como las canciones
luego se empujaban al vacío
al de los ojos
el peor de todos
se criminalizaron de cortinas blancas
le prohibieron el paso
a la tortura festiva de los días soleados
se sentaron frente a las computadoras
y se desesperaron
quisieron ver ángeles y sólo vieron pájaros cautivos
les dolió el pecho
tuvieron ansiedad
temblaron
y al final rieron
pero rieron
sin ganas
y de nuevo
el pecho
la pista de aterrizaje
la tribu insecticida del mal parir
yo hablo por mí
por mis razones
hablo desde el odio
al verme las manos quebradas
que la magra aseveración del desencanto
se tiñó el pelo
transformándose en la flor prematura
y su calvicie
hablo de ser la grosería
en plena calle Bulnes
pegando papelitos en las paredes
sin firmar
hablo de que me crecieron escamas en los párpados
hablo por mí
y desde el asco
hablo del asco
si digo asco
lo hago con el sexo derramado
adentro de la boca
grito en el asco
en el parricida uso de metáforas
en la geometría absurda
de carreteras y antidepresivos
del asco no tanto del silencio
que el silencio se nutre cada vez que va muriendo
sino del otro
ese repleto de granos/ de galpones/ de plantaciones oportunas de esqueletos
de ese cuando esperas el bestial ataque de epilepsia
y te ovillas despacito entre las frazadas
apagas la luz
prendes la radio
prendes la luz
apagas la radio
la trampa
el velorio/ el nogal
la sutileza
siempre llega el momento
en que los poetas
se tornan drama
baúles antiguos
mi papá cuando se vino de Italia huyendo de la guerra
lo hizo en barco/ fueron meses en alta mar
era jovencito
y por maletas usó un baúl
actualmente ese baúl
está en su habitación enferma
pero está vacío
los dos
están vacíos
hoy en día
los poetas se pusieron
no sólo trágicos y melodramáticos
también
se volvieron
egoístas
naveguemos la indolencia
e inventemos nuevas teorías al respecto
nunca un río ni un mar jamás un cuervo entre los árboles
sabrá más del dolor
que un leñador que sembró su bosque
como medallas y reliquias en lo amplio de su pecho
y después decidió que el suplicio nunca fue la lluvia
ni la mujer no fue el hombre a falta de alas
ni la hiperventilada razón de su elegancia
no se pudo ni se quiso atormentar más de lo prudente
y guardó hachas y sierras y vieras/ se desnudó
entre el ramaje húmedo que florecía entre su carne
miró bien al oriente
casi como al Vietnam que hace el amor mientras te espía
se rompió un poquito más los dedos
se acomodó el recuerdo
se miró muy bien las uñas
para reconocer la nueva vía láctea
y cerró los ojos
como la más linda de las flores abiertas
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